miércoles, 31 de diciembre de 2008

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provoco los celos de Zuli y la llenaría de odio por las dos traiciones sufridas de manera consecutiva, la de Ramón y luego la mía. Yo lamento mucho esto. Se que al confesarlo no reparo el daño, pero es que llevar encima el peso del pecado no ayuda a la rectificación. Por eso prefiero confesarlo, con el fin de que descanse mi alma.
Con inmoralidad no existe revolución que pueda triunfar. En esto de mis relaciones con las mujeres de mis subalternos, yo había fallado, pues tenia que ser para ellos una orientación y un apoyo, por el contrario actué de manera cobarde, esto es difícil perdonármelo.
La inconformidad en el equipo empezó a notarse y con esto la lucha intestinal, las conspiraciones internas. Junto a esto actuaba también el enemigo de la revolución, para desvirtuarla y desviarla de sus objetivos, sumado a todo esto las dilaciones de la burocracia oficial, el entrabado legal, todo esto junto, estaba acabando con “Mi pequeño país” y con el sueño del M.G.L.N.
Ante la presión de los dueños de bienechurias que habían contratado sicarios y puesto denuncias hasta en la asamblea nacional, tuvimos que hacer dos viajes a Caracas. En uno de ellos acudimos a la asamblea nacional para denunciar la demagogia oficial del IAN, FUS y funda común, con el convenio firmado con nuestro proyecto.
Nuestra exigencia era la regularización de la tierra, a fin de pacificar la ocupación, para poder ponernos a producir, pues el tener que enfrentar a los sicarios y otros grupos que competían con nosotros disputándonos la tierra, no nos daba tiempo, ni tranquilidad, mucho menos seguridad. En los fundos teníamos que mantenernos armados.
Por otro lado los dueños colocaban denuncias contra mí por robo de ganado y daño a las bienechurias. La gobernación del Zulia por orden de Manuel Rosales, tenía un equipo y un trabajo orientado a hacer fracasar el proyecto “Mi pequeño país” y el M.G.L.N.
Este equipo de trabajo tenia entre sus miembros a la Dra. Thais Maldonado, hoy directora del puente sobre el lago. El divisionista Jorge Casanova y su amante Adelaida Villamizar. Los de inteligencia eran un sujeto que apodaban el Mayor, el cual era un informante del ejército. El capitán anti-drogas de la guardia nacional, El sargento Rivera de la primera brigada y un sujeto de la inteligencia de estado, un joven que conducía un vehiculo pequeño

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